Por fin llega el día que puedo ir al cine. Como ya comenté, ayer reservé por internet la última entrada que quedaba de la sala. Lógicamente la ubicación no podía ser muy buena: segunda fila y en un lateral. Por cierto, el cine muy barato, 120 rupees más 10 de gestión de reserva, en total unos 2 €.
Aprovecho a leer hasta las 12 que salgo de casa. Mejor ir con tiempo que aquí nunca se sabe lo que te puede pasar. Como de costumbre cojo un auto que me acerque al City Center.
En los taxis convencionales, como en el que voy a trabajar todos los días, no se llega a apreciar el calor y los olores propios de la india, al ser coches normales, con todo cerrado y el aire acondicionado a tope.
Sin embargo en los autos tanto el calor como los olores no pasan inadvertidos. Hoy el día está despejado y a estas horas el calor es sofocante y en el trayecto desde casa al City Center distingo una gran cantidad de olores distintos: desde el olor agradable de las flores que se venden en algunos puestos al olor completamente desagradable de desperdicios y basura que se intensifica por las altas temperaturas. También se distinguen olores a comida y por supuesto los de los gases de los coches.
Al llegar al City Center voy directo a la taquilla para que me canjeen la entrada. Como aún me queda tiempo hasta las 13:00 que empieza la película espero un rato por allí sin entrar. De repente un chaval de unos 15 años, que ya me he fijado que está observando a la gente, me pregunta si quiero una entrada para la película que precisamente voy a ver. Parece que aquí la reventa también aplica para el cine...
Una vez dentro observo que hay varios puestos que venden palomitas, nachos, hamburguesas, etc. A pesar de que las palomitas también las tienen con tomate picante yo me pido las tradicionales, con sal y una coca cola, precio 150 rupees (2,5 €).
Ya se acerca la hora y entro en la sala, que no tiene nada que destacar, es similar a las nuestras. Las butacas cómodas y espaciosas.
Antes de comenzar la película los típicos anuncios, eso sí, ningún trailer ni advertencia para apagar los móviles.
Comienza la película y en la primera escena hay un momento de mayor ruido y el sonido está tan alto que casi me tengo que tapar los oidos.
La duración de la película no llega a las dos horas, pero a los 50 minutos estos cachondos hacen un descanso de 10 minutos y te proponen que vayas al bar a tomar algo...
Durante este tiempo ponen algún anuncio más, me hace gracia uno de crema de cúrcuma para la cara... además el anuncio me recuerda a los que salen a veces en la tele de hace 20 años.
Una vez que acaba la película me voy a comer, como el otro día, un poco de pescado en el restaurante chino. Hoy pruebo otro plato, que es solo pescado, también muy rico y acompañado con arroz. En una de las mesas hay un grupo de unos 20 indios e indias adolescentes, como no, en un lado ellas, enfrente ellas, ningún tipo de mezcla.
Al acabar me paso por un par de tiendas a echar un vistazo pero al poco rato decido irme.
Busco un auto y el primero que veo me pide 150 rupees (siempre con la misma historia). No me apetece negociar, me doy la vuelta y me voy a uno que acaba de llegar y se ha puesto justo delante de este. Mientras le pregunto el precio, el primero ha bajado de su auto y viene detrás de mí dando voces y gritando que me baja el precio.
Pero este nuevo me pide de primeras 70 rupees, un tío honrado. Así que me subo a su auto, ignorando al primero que se cabrea un montón y le comienza a echar una bronca impresionante al que me acaba de coger, que también le ignora.
Ale, por listo te has quedado sin viaje y además al que me ha cogido, por majete, le he pagado al final 100 rupees en vez de las 70 que me pidió.
Al llegar a casa descanso un poco mientras veo una película. Una vez que acaba me voy al gym, que al ser sábado y quedar dos horas para que cierren, está más vacio que nunca.
De vuelta a casa me cruzo con 5 ó 6 jinetes a caballo que van tranquilamente entre el tráfico. Los caballos son mucho más delgados y con la cabeza más pequeña que los de las razas que hay por España. Lo de la delgadez parece ser algo común aquí, tanto en personas como animales.
El Domingo lo aprovecho para ir de nuevo al gym, comprar cosas en el super, ver alguna película y descansar.