jueves, 19 de agosto de 2010

120 km/h

El día amanece soleado, pero solo soy consciente de ello durante el trayecto a la oficina y al cruzar por la puerta que es cuando veo como se refleja el sol en el agua del mar. A partir de ahí curro a destajo y no me entero ni de si es de día o de noche.

Cuando son casi las 14:00 nos vamos a comer, hoy nos tienen una sorpresa de postre, una supermini tarrina de helado de vainilla. Lo de superminitarrina porque con cuchara y media de las pequeñas me la he acabado.
En la cantina había platos vegetarianos y no vegetarianos pero aquí son todos sin nada de carne o pescado.
En cuanto vuelva a España me voy a zampar un entrecot que no se lo salta un gitano!!

La vuelta a casa la hago solo con Dilip. Vamos charlando durante todo el trayecto y como el tío es supermajete  rápidamente desconecto del curro.
Ya hace un par de semanas me preguntó cuando iba a ir Singapore, se lo debíó comentar la marquesa. Hoy me pregunta a qué hora salgo y cuándo regreso,  por lo que me comenta me va a llevar él al aeropuerto.

De repente me pregunta sobre su conducción, qué me parece, si me encuentro seguro. Le digo que sí, que se nota la experiencia de 10 años que me decía ayer. Se pone tan contento y me da las gracias.
Por lo que me ha comentado en otras ocasiones le gusta mucho conducir y se interesa por cómo es en España la conducción y sobre todo las carreteras, porque en Chennai, me dice, son malísimas, y me señala los continuos baches que tenemos que atravesar.

Cuando le digo que en algunas carreteras el límite es de 120 km/h pega un brinco de alegría y le cambia la cara. Me dice todo entusiasmado que como le gustaría poder conducir allí porque le encanta la velocidad, aquí no puede pasar de 50 ó 60 km/h, no porque sea el límite máximo sino por las malas condiciones de las carreteras y el tráfico.
Pero la emoción más grande se la lleva cuando le digo que a pesar de que 120 km/h es el límite legal, es muy normal ir a 130 o 140 km/h, e incluso hay gente a la que la policía ha pillado por encima de 180 km/h.

Me deja en casa y hoy sí que puedo ir al gym, pero estoy tan cansado que me cuesta una barbaridad.

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