Inundaciones

Autoservicio en la sala de café

Toda la noche ha estado lloviendo sin parar y continua cuando me levanto.
A las 8:30 en punto el taxi está en la puerta, hoy la marquesa no ha venido.

De todo el tiempo que he estado en Chennai esta es la vez que más ha llovido, y los charcos, más que charcos, son pequeños lagos en las calles.

Dilip me explica que su casa se ha inundado esta noche, pero no es algo puntual, le ocurre alrededor de 3 meses al año, especialmente en la época de monzones, que suelen comenzar en Octubre.
Su casa está en una planta baja y se encuentra al final de una pendiente por lo que poco puede hacer para evitar esas inundaciones ya que aquí las alcantarillas, o no hay o están atascadas.
En la casa viven sus padres, su hermana y él, que es quien tiene la responsabilidad de mantener a toda la familia ya que su padre es mayor y ya no trabaja y el sueldo de su hermana no supera las 1500 rupias.

Se rie cuando me dice que los días que se inunda la casa toda la familia tiene que permanecer de pie y para dormir lo tienen que hacer en el coche, él en el sitio del conductor, su hermana en el del copiloto y sus padres atrás.

Mientras me está contando todo esto atravesamos una zona de la calle que está completamente inundada, de lado a lado, parece que estamos atravesando un pequeño riachuelo. Al ver mi cara de sorpresa Dilip me dice que en la época de monzón el nivel del agua en esa misma zona es mucho más alto que el que tiene ahora.

También me habla sobre su trabajo, en el que ya lleva 5 años. Es una compañía de taxis con una flota de unos 120 coches y su jefe es australiano. El motivo de que sepa inglés, cosa poco habitual en los taxistas, es que su jefe le da clases varios días a la semana.

En la oficina otro día más en el que se puede comprobar que lo barato tiene sus pegas... y no hablo precisamente de la comida, que me vuelve a costar 0,50 €:

Cuando son poco más de las 19:00 Janet me pregunta cúando me voy a ir y le respondo que en unos 10 minutos, en cuanto acabe una cosa. Esta vez es ella la que tiene que esperar porque Mukesh, a pesar de haber oído lo de los 10 minutos y que también se viene en el taxi, me pilla por banda y me secuestra más de media hora. Y no es más tiempo porque le insisto varias veces en que lo deje para mañana, pero sobre todo por las miradas psicópatas que le echa la marquesa...

Mi idea es ir al gym en cuanto llegue a casa, voy a tener solo una hora o algo menos hasta que cierren, pero cuando voy a echar mano de los pantalones de deporte no hay ninguno, todavía deben estar secándose.
Hoy toca descanso.