lunes, 23 de agosto de 2010

Singapore II

Domingo 22 Agosto

Me levanto a las 9:00 y bajo a desayunar que lo tengo incluido en el precio de la habitación. La sala no es muy grande y ya está hasta arriba. Espero un poco pero un camarero me hace un gesto para que comparta mesa con otra gente. Parece que no es solo en los Hawker centers.
El desayuno muy normalito pero cojo fuerzas para comenzar bien el día.

Mi plan de hoy comienza en el funicular que lleva desde el Monte Faber a Isla Santosa. Como ocurría con el botánico, el monte Faber queda un poco a desmano y no hay MRT por lo que esta vez cojo un taxi a la puerta del hotel.
Todos los taxis tienen taxímetro y no intentan liarte como en la mayoría de las ciudades de cualquier país cuando ven a un extranjero. Además el precio no es caro, este trayecto que es bastante largo me sale por unos 7 €.

Ya en el monte aprovecho para darme una vuelta por el parque y observar las vistas que hay desde allí.
Compro el ticket de ida y vuelta, mi idea es ir a Isla Sentosa, dar una vuelta y volverme. Allí hay un casino y varias atracciones, pero paso de esas cosas que además me quitarían tiempo para todo lo que me queda por ver.
El viaje en el funicular no me llama demasiado la atención, pensé que iba a tener mejores vistas. En Isla Sentosa no pierdo demasiado tiempo y cojo el funicular de vuelta.

El funicular, entre Isla Sentosa y Monte Faber, tiene una parada intermedia en el piso 15 de un edificio. Allí una chica comprueba y sella tu ticket.
Al verme solo me pregunta si tengo transporte esperándome en el monte porque no hay parada de taxis. En Singapore la única forma posible de coger un taxi es en una parada o llamando al call center, no puedes pararlo con el típico gesto de levantar el brazo.
Así que decido bajarme en esta parada porque abajo hay MRT y ahora quiero ir hasta Clarke Quay, en el riverside, para recorrerlo hasta el Merlión.



En 5 minutos me planto en Clarke Quay y voy recorriendo todo el lateral del río, por donde estuve ayer cenando, pero hoy con un calor impresionante.
Tras un rato caminando llego a la plaza del Merlión, una estatua que es mitad león y mitad sirena, muy representativa de Singapore.
Desde este sitio se puede ver el teatro de la esplanade, varios rascacielos (como el Marina Bay Sands, que realmente son 3 edificios con una terraza en forma de barco que une los tres), la noria (Singapore Flyer), la grada del circuito urbano de F1 y por supuesto el merlión.

Marina Bay Sands

Desde aquí me voy hacia el hotel, parando antes en los Hawker de Bugis para comer algo.
También aprovecho para tomar un zumo de una fruta local, el durian (http://es.wikipedia.org/wiki/Durian). Es una fruta con un olor muy fuerte y desagradable (en el hotel tenían un cartel prohibiendo introducir la fruta dentro) y el zumo no es algo que me vuelva a pedir...

Ya en el hotel aprovecho a echarme una pequeña siesta y descansar un rato. Estoy molido!!

A las 18:15 de nuevo en marcha, ahora hacia el Singapore Flyer, una noria desde la que hay muy buenas vistas de toda la ciudad. Otra buena caminata porque desde el metro hasta la noria hay un buen trecho.
Llego a buena hora, cuando subo a la noria está anocheciendo por lo que tengo vistas de la ciudad al atardecer y ya de noche, con todas las luces de los edificios.

En cada cabina de la noria entran unas 15 personas y como el business es el business, también es posible reservar para cenar. Justo la cabina anterior a la nuestra es cabina restaurante y varias parejas entran para tener una cena romántica.

Desde lo alto de la noria hay unas vistas impresionantes de todos los edificios y también de parte de la pista de F1 que pasa justo por debajo.

Al acabar el paseo por las nubes me doy otra caminata, esta vez hasta el hotel Raffles, de estilo colonial. A pesar de que solo puedo ver la fachada y los jardines interiores, la caminata ha merecido la pena.

De ahí a cenar, de nuevo en el riverside, pero esta vez intentaré algo de pescado. Después de ojear varios restaurantes me siento en una mesa de la terraza de uno de ellos, con vistas al río.
Cuando miro la carta con atención me doy cuenta que voy a pasar del pescado... la mayoría andan por 20 S$ / 100g y la camarera me dice que lo más pequeño que tienen es de un kilo, es decir, me saldría el pescadito por 200 S$ que son algo más de 100 €. Menos mal que me he dado cuenta del detalle de los 100 gr....

Vuelta a casa que mañana hay que madrugar. Me he gastado todo el efectivo que tenía y a pesar de que he leido que algunos taxis aceptan tarjeta de crédito, prefiero confirmarlo con el de recepción. Me dice que sí, pero que antes de montar en el taxi le pregunte al taxista.

Lunes 23 Agosto

Salgo del hotel y espero en la parada de taxi que hay a la puerta a que aparezca alguno. Al cabo de 5 minutos llega uno y cuando le pregunto lo de la tarjeta de crédito me responde que sí, pero tiene un extra del 40%. Me propone parar de camino en un cajero para sacar efectivo, con 20 S$ será suficiente.

Llegamos rápidamente al aeropuerto, y  aquí el tramite es rápido, todo está muy bien organizado.
Saco la tarjeta de embarque, de ahí me voy a la puerta que da paso al control de inmigración, donde hay una máquina de rayos X para hacer un chequeo muy rápido y solo de lo que llevas en las bolsas de mano.

En la ventanilla de inmigración devuelves el resguardo que te dieron a la llegada, meten algún dato en el ordenador y para adelante.
Ya estás en la zona de embarque. Que raro que no haya un control de seguridad más exhaustivo para entrar en el avión....  Cuando llego a mi "gate" ya lo entiendo, cada puerta de embarque tiene su propia máquina de rayos x y control de seguridad. Así las cosas van muchísimo más rápidas!!
No sé si esto lo hay en otros aeropuertos pero yo desde luego es la primera vez que lo veo y me parece genial. Si esto lo tuvieran por ejemplo en Bruselas no me tendría que correr las marathones que me hago para no perder el enlace del vuelo.

El vuelo sale puntual y llega a Chennai incluso con unos minutos de adelanto. Y como no, en el avión, tanto en la ida como en la vuelta, algunos indios dando la nota:
- Antes de despegar, cuando la azafata está comprobando ya los cinturones y respaldos del asiento, le tiene que llamar la atención 3 veces a uno para que apague su móvil.
- Una señora que se quita el cinturón nada más que las ruedas del avión tocan el suelo, cuando aún está en plena frenada de aterrizaje.
- Un grupo de unas 7 u 8 personas se levantan cuando el avión aún está en la pista principal de aterrizaje, ni siquiera ha salido de ella para ir hacia el finger. Las azafatas les llaman la atención varias veces hasta que por fin se sientan.
- Yo estoy en asiento de pasillo y al levantarme para coger las cosas ya no queda más espacio hasta que la gente comience a salir. Pero al que tengo al lado le da lo mismo y a base de empujones se hace un hueco y molestando a todo el mundo también se empeña en bajar su bolsa.

Llamo a Dilip y en 2 minutos me está recogiendo en la puerta. Me dice que tiene mucho catarro y algo de fiebre. Ha estado lloviendo todo el fin de semana y como ya me dijo el otro día, como ha llovido bastante, en su casa han tenido que estar de pie y dormir en el coche...

3 comentarios:

  1. Esas fotos Alvaro, que nos has dejado la miel en los labios!! bueno, que ya te queda poquísimo, y dentro de nada con un buen entrecot entre pecho y espalda!!

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  2. Este post me ha gustado totalmente. Candidato a mejor post de viajes del año :D!

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  3. Oh, me ha encantado el post, pero sin fotos no es lo mismo!!! Venga, a qué esperas? :D

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